Era una noche muy fría y con mucha niebla, de repente la niebla se disipa
un poco y deja entrever la figura de una casa de piedra.
Se oyen unos pasos, alguien se acerca. En el suelo, una sombra, se reconoce
una figura de un hombre con sombrero. Se acerca a la entrada y con el picaporte
golpea la puerta.
“Pom, pom, pom”
La puerta se abre, al abrirse chirría un poco. Un hombre le da la
bienvenida:
-
¡Bienvenido
Monsieur Poirot!
Poirot deja el sombrero y el paraguas en el recibidor de la casa y entra en
el salón, donde es recibido por el resto de personas invitadas por el Sr. Calloway.
-
¡Monsieur
Poirot! ¡Que sorpresa! La noche se pondrá interesante con su presencia. –
Charlie, le saluda
-
Seguro
que sí. – comenta Monsieur Poirot.
Sus amigos de la Universidad, Rick, Mark, Tom y Edward son el resto de
invitados a la reunión. Con la llegada del señor Poirot el grupo de
participantes a la reunión ya está al completo.
Con la compañía de un buen fuego y una cena preparada por la señorita
Wilson su velada discurrirá comentando los crímenes ocurridos en Inglaterra en
el último mes.
Una vez hechos los saludos a todos los invitados de la reunión, Poirot
enciende su pipa al lado del fuego de la chimenea y menciona el que al parecer
es el crimen que más le ha interesado los últimos días.
Lady Valentine fue acusada por la participación junto a su amante de la
muerte de su marido, Lord Somerset.
Mientras Poirot sigue relatando su historia, la señorita Wilson,
sigilosamente, se acerca a Charlie, alguien le ha dejado un sobre, lo abre, lee
la nota y acto seguido la guarda en su bolsillo.
Poirot no ha dejado de hablar, relatando su crimen.
-
Todo
indicaba que Lord Somerset había sido asesinado por un ladrón, - continua
Poirot - pero investigaciones posteriores y después de la declaración de su
esposa, se empezó a sospechar que se podía dar el caso que lady Valentine
podría estar implicada en el crimen.
-
¿Y qué
hicieron con ella? – preguntó Mark.
-
Después
de los indicios de que pudiera estar implicada, la vigilaron durante bastantes
días. Y aquí está el quid de la cuestión. Descubrieron algo más que la implicó
ya totalmente.
-
Cuéntenos,
Monsieur Poirot. – Rick estaba muy interesado sobre el tema.
-
El
crimen se esclareció por una nota de Lady Valentine dirigida al ejecutor del
asesinato. – Contestó Poirot.
-
Es
decir, que no fue ella quién lo mató. – aclaró Charlie. – Mi tía me comentó el
caso. Es un caso muy interesante de un crimen muy bien planeado. Pero, al final
por un error, un simple error, todo se fue al traste y los dos amantes fueron
encarcelados.
-
¿Amantes?
– dijo Mark.
-
Su
tía es una persona muy perspicaz, seguro que antes de que se aclarara el caso
oficialmente ya sabía la resolución. De saludos de mi parte a Miss Marple. – comentó
Poirot.
La señorita Wilson entró en el salón y los llamó a la mesa, la cena ya
estaba preparada. La mesa era larga y de forma ovalada con un mantel blanco y
con unas flores bordadas. Se distribuyeron a lo largo de ella.
Cuando todos ya estaban sentados, Monsieur Poirot se dio cuenta de que se
había olvidado algo en el salón, se excusó y fue a buscarlo. Cuando volvió y
fue a sentarse, el vino ya estaba servido y todos estaban charlando sobre el
caso de Lady Valentine y su amante. Querían saber más sobre el tema. Poirot no
tuvo otro remedio que seguir relatando su historia.
“Lady Valentine no quería a su marido y utilizó a su amante para deshacerse
de él. Los dos elaboraron un plan muy detallado en el que se preocuparon de no
levantar ninguna sospecha. Lady Valentine prometió a su amante una gran suma de
dinero a parte de quedarse con parte de la herencia del marido de ésta una vez
hubiera muerto y ya se pudieran casar.
El día del crimen, Lord Somerset se encontraba indispuesto y en la cama,
Lady Valentine tal y como había acordado con su amante lo avisó subiendo y
bajando la persiana del dormitorio. Abrió la puerta de la calle, lo dejó pasar
y el amante se dirigió a los aposentos de Lord Somerset. Lady Valentine se
acercó a la cocina a dictar las órdenes para el día siguiente, se oyeron gritos
en el cuarto del Señor, pero Lady Valentine fingió un desmayo y los criados
corrieron a socorrerla.
El amante había entrado en la habitación de Lord Somerset armado con un
puñal y una pistola, llevaba puesto un antifaz. Se produjo un gran forcejeo, en
el que la víctima logró quitarle el antifaz al asesino y así saber quién era.
El amante le dio varias puñaladas…”
Poirot se levantó y teatralmente cogió un cuchillo y lo levantó
representando la escena. Acto seguido sus ojos se quedaron fijos, la boca medio
entreabierta, se quedó quieto un instante y su cuerpo cayó. El cuchillo quedó
clavado en el pollo. Poirot no se movía.
Los componentes de la reunión exclamaron.
-
¡Oh!
Todos se levantaron, le tomaron el pulso. Monsieur Poirot estaba muerto. Edward
cogió la copa de vino y dijo:
-
Envenenado.
Todos se miraron. ¿Quién había sido? Solo podía ser uno de ellos.
Una nota yacía en el suelo, estaba entreabierta. Y en ella se podía leer:
“Tres gotitas en la copa”
Y una firma aparecía: Miss Marple.
FIN
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